viernes, 20 de mayo de 2016

Para las enfermeras que son "solo" buenas



He leído hoy mismo este texto autobiográfico y, aunque proviene de entornos culturales muy lejanos, me ha parecido una buena aportación para entender mejor a las buenas enfermeras (centradas en su trabajo y que que se niegan a prestar parte de sus esfuerzos a lo que no sean sus obligaciones, más allá de su vida personal), por parte de las mejores (aquellas que además de esta dedicación guardan una parte de su escaso tiempo y de su invalorado esfuerzo a tratar de cambiar las cosas que, más allá de su universo personal, suponen una rémora para el conjunto de la profesión). A veces escucho o leo críticas a aquellas por parte de estas y creo que a veces esconden un cierto, injusto reproche.
Luego están las malas, que haberlas, haylas, pero de esas ¿mejor ni hablar?
Para las mejores, mi enorme admiración. Pero para las que son solo buenas, mi enorme agradecimiento.



“He sido enfermera 18 años. Empecé mis estudios de enfermería cuando tenía 33 años, apenas un año después de acabar mi tratamiento de un linfoma de Hodgkin. Madre soltera, recién divorciada, intentando encontrar mi camino…
Ser enfermera me pareció mi destino. Mi verdadera pasión. Era mucho lo que había pasado y sentía que tenía mucho que devolver: quería estar con mis pacientes, cogerles de la mano y darles la seguridad por la que yo hubiera suspirado desesperadamente cuando estaba enferma. Sabía que podía ser una buena enfermera. Que mi cáncer podría ser la puerta para este ideal, abrir mis ojos y mi corazón a las necesidades de los pacientes.
Dieciocho años después, la realidad de mi vida como enfermera es un poco más complicada. No es que esa llamada espiritual no siga estando fuertemente dentro de mí. Todavía siento una conexión muy cercana con mis pacientes. Sigo sacando el tiempo necesario para estar con ellos, agarrar su mano, mirarles a los ojos y hablarles tranquila y respetuosamente para que puedan saber que estoy ahí, con ellos.
Pero hoy en día todo esto tiene un precio mucho más alto. Porque muchas veces tengo que olvidarme de mi hora para comer y quedarme cuando acabo mi turno para poder completar mis tareas de enfermera, gráficas, registros  y esas cosas. Es lo que hay, pero sé que estoy pagando un precio más alto porque me doy cuenta de que mi cuerpo ya se resiente y las articulaciones y músculos me duelen.
Para mí, esto no tiene nada que ver con objetivos financieros, estancia media o desviaciones estadísticas. Si fuera esto lo que me motiva, ¿quién estaría realmente cuidando de mis pacientes? Estarían abandonados sin su representante. Cada turno lo empiezo con una oración silenciosa pidiendo la fortaleza y paciencia que necesitaré para poder cuidar de mis pacientes. Y cada turno lo finalizo con una oración silenciosa agradeciendo a Dios haber conseguido esforzarme lo suficiente para acabarlo. Mis pacientes obtienen de mí lo que nadie más obtiene.
Así que para el Día de la Enfermera, el único día del año en que las enfermeras somos reconocidas, no quiero una tarta, un helado (y mira que me gustan los helados), una toalla, un paraguas o un cupón de cinco euros para gastar en la cafetería. No quiero carteles, un diploma o una visita de los jefes.
Lo que quiero es lo que necesito para poder cuidar de mis pacientes.
·         Quiero una auxiliar que me ayude si no puedo estar con ellos en cuanto me llaman.
·         Quiero equipamientos que sirvan, ordenadores portátiles que no me causen espasmos cervicales cuando tengo que arrastrarlos por toda la planta.
·         Quiero que mis gestores y supervisoras sepan lo duro que es trabajar para poder cuidar de mis pacientes, de cuya enfermedad y estancias hospitalarias ellos obtienen sus sueldos.
·         Quiero sinceridad, autenticidad, empatía y apoyo. Ya lo sé, en mi nómina se incluye actualizar mis historiales y registrar mis actividades. ¡Me muevo todo lo rápido que puedo para cumplir estas expectativas porque quiero hacerlo todo a la perfección!
Este año, el Día de la Enfermera es para mí un tanto agridulce. Tengo que luchar ahora más que nunca. No me interesa nada la fanfarria con la que mi hospital celebra mi día, con actos a los que no puedo asistir porque no puedo escaparme de mi planta. Lo único que quiero es un poco de apoyo. Para poder cuidar de mis pacientes y, si puede ser, para poder tomarme algún día mi hora libre para comer. Lo único que quiero es que me escuchen.
No, no quiero regalos. Solo quiero que me dejen cuidar de mis pacientes.”

Traducción libre, aunque bastante fiel (espero) del texto de Lois Corcoran: “What a nurse really wants”, publicado el día 19 de mayo de 2016 en Off the charts, blog de la revista American Journal of Nursing.

38 comentarios:

  1. Y yo me pregunto: ¿Quién es usted para hablar de buenas o malas enfermeras? ¿Acaso se considera juez o parte de la enfermería? Soy enfermera y quiero decirle que usted no tiene derecho a opinar alegremente de la profesionalidad de aquellos que ejercen una disciplina a la cual usted no pertenece. Así que por favor, zapatero a sus zapatos y deje de enredar en la enfermería que ya bastante problemas tenemos.

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    1. Manda huevos que una Enfermera opine, de algo q ni lee, Juan no opina, trascribe, no se si lo entenderás,porqye eres muy corta anonima, sólo cuenta la opinión una compañera que piesa como miles de nosotras, es el único qué defiende la profesión, claro tu no lo conoces, normal, para eso hay que ser profesional y Enfermera pero tu de eso no sabes nada, anonima que gracia, te da verguenza tu nombre, o es que no quieres q sepamos quien eres, quien se oculta algo teme, anonima, no toques de oído, habla con argumentos, y pon tu nombre,

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    2. Le conozco y muy bien, mejor de lo que usted cree. Y opina, ya lo creo que opina, más de lo que debería. Lo que es una pena es que la enfermería busque liderazgo fuera de la profesión... menos intrusismo y más corporativismo es lo que nos hace falta.

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    3. Hola Anónimo, muchas gracias por su transparente comentario: sólo un sectario o un estómago agradecido osaría entrar en casa ajena para advertir al titular de qué puede o no puede hablar. Claro que, a diferencia de la Casa del Amo, la mía es abierta y cualquiera puede entrar y es bienvenido; a opinar, a criticar, incluso amenazar. Y todo se publica.
      Si tiene tantos sofocos leyendo este blog, lo suyo es que no entre, se los evite y nos deje en paz a los demás.
      Siento que se haya dado por aludida, que lleve lo mejor que pueda su mansedumbre.
      Cordialmente, Juan F.

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    4. Hola Juan, ya veo que no está acostumbrado a que los comentarios de tu blog no sean para palmear cualquier "balbuceo sociológico" que te apetezca escribir. Pero para terminar quiero dejar clara una cosa, a usted y a todos sus fieles seguidores:
      No obedezco a ninguna secta, ni mucho menos a ningún asociacionismo de la profesión que me imponga de modo individual pensamiento alguno. Sin embargo, aunque cambiaría muchísimas cosas, reconozco como único representante de la profesión al Colegio y al Consejo de Enfermería, y todos los enfermeros deberíamos estar unidos para luchar por los intereses de la profesión, solucionar nuestros problemas desde dentro y no permitir que ningún profeta venido de otra profesión se proclame como revelador de la verdad y cabecilla de la disidencia. Considero que nos hace más mal que bien. ¿No ha pensado en dedicarse a los médicos? Puede que ahí tuviera más que cambiar.... ¿Se imagina que los profesionales médicos le ensalzaran igual que lo hacen los enfermeros? La hipótesis me parece imposible, porque en el fondo envidio el corporativismo médico que no permiten que nadie venga a leerles la plana. Pero usted ha buscado el enemigo perfecto para encontrar apoyos y así dividir una profesión de la que en el fondo no tiene ni idea.
      También quiero aclararle que mi estómago está agradecido sólo de mis horas de hospital, mis guardias a lo largo de muchos años y mi tiempo cerca del sufrimiento ajeno... algo que creo que usted solo conoce de oídas.
      No le hace más digno que usted permita que este comentario se quede en su blog, ya sembró lo suficiente para que otros lo callen, pero me apetecía muchísimo decir lo que pienso, aunque solo sea por esta vez.
      Seguiré en el anonimato del trabajo de enfermera y asumo los insultos proferidos anteriormente por sus bravos amigos.
      Atentamente
      Enfermera Anónima, a mucha honra.

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    5. Cinco años de bloguero y nunca antes me había pasado esto... Me dijeron las malas lenguas que el CGE había contratado los servicios del LL&C para salvar su crisis -autoprovocada- de reputación, pero entonces no pense que fueran tan inteligentes. Ahora veo que sí. Pues nada, aquí tiene mi blog para justificar sus minutas. Eso sí, no abuse, diversifíquese.

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    6. Para anónimo:
      Yo también creo que habría que arreglar nuestros problemas desde dentro, pero no es posible, en el CGE no hay cauces para ello, no responden a las propuestas ni a las preguntas que se le hacen y al ser obligatoria la colegiación tampoco hay posibilidad de irse con lo cual se financia con mis cuotas obligatorias cuanta acción ellos determinen.
      Al CGE lo eligen los colegios, y admito como válidos los votos de los colegios elegidos libremente por los colegiados (por ejemplo Cantabria) pero su voto vale lo mismo que el de Asturias, que el de Madrid… aunque su proceso electoral haya sido inexistente o desconocido, por tanto soy disidente, es decir, que tengo graves desacuerdos con la institución que debería representarme, no lo considero un término peyorativo , me alegra que sepa que hay disidencia, que el “pensamiento único” del CGE no se puede imponer, que una enfermería crítica y autónoma aprende de diferentes profesionales.
      El “balbuceo sociológico” no parece una definición acertada, JHY nunca ha hablado de forma entrecortada ni vacilante aunque usted discrepe y tiene todo el derecho a hacerlo con lo que diga.
      Y si por “palmear” entiende aplaudir las manifestaciones que comparto y la valentía con que las hace, yo palmeo.

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    7. Eso de "Reconozco como único representante de la profesión al Colegio y al Consejo General de Enfermería" suena más a profesión de fe que a pensamiento crítico basado en la evidencia. Espero que reconozca también la evidencia del acongojante holding empresarial que supone el "Consejo General de Enfermería" y su titularidad (no me hable de "elecciones" que me sangra la nariz).
      Yo soy más de "Dios que buen vasallo, si hubiera buen señor". Y no. Me va a perdonar, pero no hay buen señor.
      Por cierto, ¿no se llamará usted "Laura de Soto"?.

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    8. "...Sin embargo, aunque cambiaría muchísimas cosas, reconozco como único representante de la profesión al Colegio y al Consejo de Enfermería..." qué cosas cambiaría usted? De eso va esto, de eso va este post, de las cosas que cambiaríamos las enfermeras de a pie para poder ejercer con dignidad. Y más aun, ¿que propone usted para cambiarlas?, insultar a los médicos, esquilmar los colegios, promover guerras estériles e inútiles con la administración, generar negocios particulares, ocultar información a los colegiados, expedientar a quienes piensen diferente...
      Me va a permitir que le diga que yo no me considero representado por esta pseudodemocracia que usted reconoce como único representante, que no me da información, que no me deja participar, que no me escucha y que no es parte de lo que yo hago a diario, que está completamente apartada de mi realidad laboral y profesional y que como a la enfermera de este post me causa desazón y frustración.
      ¿Qué hacemos entonces? ¿esperamos otras elecciones para ir todos a una?

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    9. Gracias Juan por estar ahí pese a lo que te cuesta, que estar amenazado por un juicio penal no es plato de buen gusto y más por decir lo que piensas, basándote en hechos y pruebas evidentes, no en suposiciones ni actos de fe.
      En cuanto a nuestra querida compañera, "Enfermera Anónima" (¿o técnica informática pagada para sabotear el blog?¡ Quien sabe!), no sé a qué colegio de enfermería perteneces, pero en el mío y en la mayoría de los colegios de España, llevamos años sin poder votar democraticamente a nuestros representantes, que son los que a su vez, deben elegir, "democraticamente" a nuestros representantes del Consejo General. ESTO ES UN HECHO, por tanto decir que son los que legitimamente nos representan es mucho decir. A veces comparo nuestra profesión (la de enfermera, no la de técnico informático, amiga "enfermera anónima") con una colmena;La mayoría somos las obreras, que trabajan duro turno a turno los 365 días del año para sacar el trabajo adelante y somos las que producimos la "rica miel", que la sociedad nos reconoce. Luego están las "abejas reina", o mejor dicho "abejos reinas" (sólo tienes que mirar en la mayoría de los colegios, consejo general y sindicatos), que viven a cuerpo de rey sin hacer nada. Y por último los zánganos,cerquita de los "abejos reina", que sólo usan el título de enfermera como carta de presentación, que hace años que no ejercen como tales y ganan más que tú y que yo (bueno no sé cuánto ganará un/a tecnico/a informático/a) sin hacer noches, festivos ni labor asistencial, docente o investigadora alguna.
      En fin "prima anónima" (ya ves que compartimos apellido), totalmente de acuerdo con lo de "profeta venido de otra profesión", por cierto ¿nuestro "máximo" representante en el Consejo General es enfermero o podólogo?

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  2. Fantastico post, gracias Juan
    Yo si soy enfermera, no se si buena, mala o regularY te agradezco tu dedicación

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  3. Señora o señor anónimo, nos encontramos en un país libre donde la gente puede hablar de lo que quiera. Este señor que escribe el blog, sociólogo, puede hablar de lo que se le antoje y yo que mire por donde soy enfermera, le aplaudo por ello porque hace por nuestra profesión mucho más de lo que las propias enfermeras hacemos por ella. Desde luego con gente tan corta de miras como usted no llegaremos ni a la vuelta de la esquina.

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  4. Yo como enfermera también le agradezco su defensa de la enfermería. A los cobardes que no dan la cara para hacer una crítica no se merecen no una contestación.

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    1. Muchas gracias, Gema, no tengo mucho más que añadir...

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  5. MUCHAS GRACIAS JUAN.
    Las Mejores, nos gustaría que nos representaran.
    Las Buenas, luchamos a diario por ser mejores.
    Las malas, son tan anónimas que no cuentan ni para ellas mismas, ni para su profesión. Por no CUIDAR, no cuidan ni las formas.

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    1. Gracias, Tony. Muchas gracias, de corazón. A ver si algún día coincidimos, un gran abrazo

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  6. Comparto totalmente las vivencias de la compañera Lois Corcoran, en nuestra profesión hay de todo como en botica, pero lo que NO HAY ES UNIÓN Y LIDERAZGO, ni nadie que mire por nosotros, no hay sentimiento de clase, de clase trabajadora, con unos deberes pero también derechos laborales que muchas veces nos han pisoteado con el falso paternalismo del "pobre enfermo" y la espiritualidad de la vocación. A esto le sumas unos líderes enfermeros y sindicatos incompetentes, tienes como resultado la ENFERMERÍA ESPAÑOLA DEL S. XXI.

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    1. Gracias por el comentario. Igual ha llegado la hora de aparcar perezas, egos y otras tonterías y tirar p'adelante. El enemigo interior flaquea, si no hay liderazgos competentes habrá que crearlos desde la base. Digo yo. Un cordial saludo

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  7. Juan gracias y 1000 veces gracias por compartir esta experiencis que describe muy bien el día a día de los que amamos nuestra profesión y nos dejamos ls piel intentando dar lo mejor de nosotrod, más allá de DPOs y carreras profedionales chusqueras que nada tienen que ver con actitudes y aptitudes¡!!Sr o Sra anónim@ en un estado de derecho todo el mundo puede opinar sobre lo que le de la gana siempre con respeto eso sí!!! Juan conoce màs nuestra realidad que muchas enfermeras!!! Los buenos profesionales se caracterizan por la escucha activa sin prejuicios y la tolerancia,está claro en qué lugar se ubica usted!!!! Flaco favor a la profesión.....el enemigo en casa!!! Y por favor de la cara que ya somos adultos!!!!

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    1. Qué decirte, Lina, después de todos estos años... Escucha activa, tolerancia, ser buena gente además de buen profesional, como tú. Un fuerte abrazo

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  8. Gracias, Juan. Trabajamos para ser mejores y aprecio enormemente tu mirada "desde fuera". Esa mirada me pone frente al espejo y deja que me despiste.

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  9. Y NO deja que me despiste. Perdón 😆

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    1. Gracias siempre a vosotras, Concha, las que marcáis el camino tratando de ser de las "mejores", dedicando tiempo y esfuerzos a luchas por lo común, no solo por lo propio. Besos y de nuevo gracias

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  10. Disculpe, anónimo, pero si le conoce tan bien por qué le pregunta "quien es usted "? Los q conocemos al sociólogo de las profesiones sanitarias, Juan Hernández Yáñez, con muchos años de análisis de brillante análisis de nuestra profesión, miramos con mucho interés sus escritos y le agradecemos su esfuerzo y su dedicación. Como en todo análisis, uno puede estar parcial o totalmente de acuerdo, peo de. I fin modo negarle el derecho a ejercer su profesión: sociólogo. Gracias Sr Juan Hernández Yáñez

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    1. Gracias, Rosa María. Ya les gustaría callarme y callarnos, pero no les voy, ni les vamos a dar el gustazo. Tendrán que hacerlo mejor. Un abrazo

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  11. Lo han dicho más arriba, el enemigo en casa. No me puedo creer que una enfermera ( "compañera") se crea quién para, tan siquiera considerar si tienes o no "derecho a opinar tan alegremente" de la profesión enfermera.Tú!Juan Hernández Yánez poder opinar de la Enfermería??! Vamos, si dejases de hacerlo...Bueno, es algo que no me quiero ni puedo imaginar!
    Un enfermero que siempre espera "tan alegremente" tus nuevas opiniones de todo lo que a la profesión interesa.

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    1. Lo dicho más arriba, Fredi, para callarme solo tienen que hacer algo: convencerme de que por fin van a ser decentes. Y eso es imposible, así que ladran, luego cabalgamos. Un abrazo y gracias por pasar por esta tu casa

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  12. Hola Juan, en primer lugar agradecerte no solo esta sino todas y cada una de las entradas sobre mi profesión y tu dedicación a ello.
    Me encanta que manden a "anónimos" a decir que no puedes opinar porque no eres enfermera... como si las enfermeras pudieramos influir o cambiar de verdad donde importa... para ejemplo los casos de los colegios de Asturias y Madrid.

    Un abrazo Juan.

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    1. Muchas gracias, amigo. Y esa es la verdad: que son unos "mandaos", no creo que de verdad nadie decente y en su sano juicio pueda pensar que yo saco algo arremetiendo contra los mercaderes que os han robado una parte tan importante de la profesión como es la identidad y el liderazgo corporativo, es decir, político. Así que, evidentemente, vienen aquí "de encargo": cada uno se gana la vida como puede... Un gran abrazo, Salva

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  13. Creo que en la vida hay etapas q permiten gestionar el tiempo de distintas formas. Hay muchas cosas en las que se puede invertir el tiempo q no estamos en el centro de trabajo. A veces hay q elegir y no se es mejor por elegir otra cosa distinta a enfermería. El día tiene 24 h ,aunque me gustaría q fueran 34.
    Yo lo que percibo en el día a día y cada vez más es que lo que se estudia investiga expone,se hace con el fin de los méritos
    curriculares y no de mejoría de la profesión y eso vende requetebien pero no te hace mejor enfermera sino mejor currículo.
    Con excepciones afortunadamente.
    En cuanto a las criticas de la primera respuesta,que mejor que alguien que nos observa desde fuera para contar lo que ve!!!!

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    1. Hola Soraya, algo hay de verdad en tus reflexiones sobre esta profesión tan querida para mí. Porque no todos los males empiezan y acaban en la corrupción interna y en los lobos de fuera, también hay mucho que mejorar en la vida social interna. Pero estoy seguro que estos movimientos por salir de la mediocridad de los liderazgos tóxicos y la invisibilidad del gran trabajao diario traerán aire limpio que se convertirá en un afán por hacer profesión, comunidad, lobby. En eso estamos, también algunos (no soy el único, afortunadamente) desde fuera, con una visión quizás más objetiva. Gracias de nuevo, un abrazo.

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  14. Por favor Juan no dejes de escribir‚ describir y opinar sobre la Enfermería. Tú nos has hecho mejorar. Muchas gracias.

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    1. Gracias, Emilia. Por supuesto que no dejaré de reflexionar y escribir mientras la cabeza y las manos me den para ello. Esto es una carrera de fondo, así que seguimos juntos en esto. Un gran abrazo

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  15. Qué fácil opinar desde el anonimato....
    Juan tiene todo el derecho a opinar igual que tú. Lleva años defendiendo a la enfermería y ha hecho mucho por ella. Y tú? Que has hecho, anónimo?

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  16. Gracias, Isabel. No te preocupes, tampoco pasa nada porque alguien opine que no soy un tipo de fiar que solo "balbucea" (sociológicamente, eso sí). Es lo que hay, si ladran es que cabalgamos como he dicho antes. Un abrazo y gracias de nuevo.

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  17. No sé si merece la pena debatir sobre un comentario anónimo, de alguien que afirma "conocer muy bien" al autor de la entrada, vamos que opta por el anonimato como excusa y posición interesada. Aún así, el efecto del mismo ha sido el contrario del que este esperaba. Al resto de comentarios y repercusión en redes sociales me remito. Sólo por esto, ya le doy mi enhorabuena. Creo que confunde contenido y continente, conceptos que también interpretan como idénticos algunos de nuestros representantes profesionales. Vamos, que se creen que el cargo y la institución son suyos, que les pertenece por una especie de designio más allá de cualquier incómoda norma. Lo de hablar de legitimidad, eso ya es ser un poco ingenuo (o tener mala fe, que tal vez sea peor). Máx que nada teniendo en cuenta las enormes dudas jurídicas que ha ido sorteando nuestro ilustre y único Presidente en la historia del CGE (tal vez confunda continente y contenido). Del caso de Asturias, el que a mí me toca personalmente, hablar de legitimidad es motivo de carcajada. Un Presidente imputado por apropiación indebida de cuotas de los colegiados, con un vicepresidente ex-diputado venido a menos que reconoce cobrar por trabajos de asesoramiento al colegio a través de empresas intermediarias, lo mismo que la hija del propio presidente, una Junta de Gobierno que no cumple los mínimos exigidos para ser eligibles, con miembros que han denunciado desconocer haber participado en un proceso electoral que está en el juzgado... y que nunca tuvo lugar. Legitimidad ? eso tiene otro nombre pero dejemos que sean los jueces los que lo digan. Obviamente, la ley (esa misma que presuntamente incumplen reiteradamente y a la que luego se agarran cuando les viene en gana) establece que son los colegios profesionales y el CGE los representantes de la Enfermería en determinados ámbitos. En otros ya están otras instituciones como los sindicatos (algunos como el SATSE comportándose como palmeros de no se sabe bien qué intereses). Claro que la legitimación es para el cargo o institución, no para la persona y sobre todo nunca a pesar de la persona. El presidente del gobierno o el de su comunidad de vecinos pueden tener las funciones que marque la norma oportuna, pero si son unos golfos o unos imbéciles, criticarles no es ofender a la institución que representan sino los actos de quienes causan vergüenza ajena a sus representados. En España existe afortunadamente la separación de poderes y la democracia como forma de gobierno. Algo que, viendo cómo se comportan en ciertos colegios profesionales, hay algunos que no tienen nada claro. Por la parte que me toca, le digo a ese sujeto anónimo que yo he tenido que soportar amenazas (incluso en el juzgado) e insultos (entre otras lindezas) contra mi persona, publicadas en la prensa local y difundidas a todos los enfermeros colegiados asturianos. Y lo que es, peor sufragados con el dinero de cuotas como la que por ley estoy obligado a abonar. ¿Se ha leído usted el abominable proyecto de estatutos del CGE? Si ya me han amenazado, públicamente y en prensa, no ya con ser expedientado sino con que se me había abierto expediente del que aún desconozco medio año después cualquier detalle, no quiero pensar qué será de la Enfermería si prosperasen los estatutos-mordaza.
    Hágame un favor, si de verdad usted se encarga de asesorar a algún representante del CGE, dígale que lo mejor que puede hacer es marcharse por donde vino y dejar paso a una generación de enfermeras que no viven ajenas a la realidad profesional y no anteponen intereses particulares a los profesionales. Yo que quiere que le diga, observo lo que pasa en otros colegios profesionales de mi entorno y me dan ganas de cambiar de profesión.
    Una vez más, gracias Juan, aunque la Enfermería te necesita tan poco como tú a ella para tener una vida normal. Eso añade aún más valor a lo que haces.

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  18. Gracias Juan!

    Bonito post, no solo por mostrar el testimonio de la compañera sino porque como siempre con profesión y profesionales lo envuelves en un halo no ya de respeto sino de sincero cariño que se agradece.

    Dejas caer en el post de si habría que hablar de las malas enfermeras, y yo creo que sí, que hay que hacerlo, que necesitamos un poco de corporativismo pero no del casposo, sino que debemos sacudirnos las malas enfermeras de encima y también las que no son enfermeras. (Quizás sean las mismas...)

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